La pintura es sinónimo de color, hasta cuando es blanca. Es la forma más simple de restaurar y corregir las imperfecciones de cualquier superficie, sea interior o exterior. Sin pretender desmerecer esta gran prestación estética, la pintura cuenta con propiedades que por su composición convierte una obra atractiva y bien acabada, en un edificio saludable y hasta con menor impacto ambiental durante su ciclo de vida.
Calidad del aire y limitación de emisiones de COVs
Hay muchos atributos ambientales que se exigen para obtener certificaciones ambientales y que tienen que ver con avalar la calidad del aire interior. El mismo Green Building Council en España expone una completa lista de acciones y decisiones que contribuyen a ello. Pero uno de ellos es sin duda poner en valor aquellos materiales que no emitan COVs (compuestos orgánicos volátiles).
Estos compuestos volátiles, así como los biocidas y otras sustancias que algunos estudios de arquitectura ya los ponen en su lista de alertas, tienen efectos negativos directos sobre la salud humana, ya que pueden ser neurotóxicos e irritar las vías respiratorias. Una de las medidas que se pueden tomar para erradicar este efecto es prescribir que las paredes sean revestidas con pinturas libres de sustancias perjudiciales para la salud y que además contribuyan a su reducción. Las pinturas biosostenibles TITANPRO no contienen COVs, así se recoge en sus correspondientes DAPs, o Declaración Ambiental de Producto.
Otra sustancia imperceptible es el formaldehído. Es un gas incoloro presente en el interior de todo tipo de espacios privados y públicos que puede provocar irritaciones y alergias a las personas y está considerado por la OMS como un agente cancerígeno en altas concentraciones. Una forma útil de contribuir a su eliminación es aplicar la pintura TITANPRO P-90, que además actúa para su supresión.
En el caso del moho, las humedades que pueden salir en un edificio pueden ser prevenidas o resueltas aplicando pinturas con propiedades antibacterianas y fungicidas. Estas son especialmente necesarias en espacios donde es obligatorio contar con unas condiciones rigurosas en protección e higiene, como los colegios y hospitales. Aplicar soluciones para interior como la pintura TITANPRO P-70 contribuirá a eliminar el 99% de las bacterias.
Menor pero óptimo mantenimiento
Las superficies pintadas han de ser lavables y con poco mantenimiento. Esto agiliza y facilita una limpieza efectiva y eficiente de cualquier estancia, especialmente en zonas comunes y de mucho tráfico, evitando que, en el momento de eliminar las manchas de paredes u otras superficies, se arrastre el revestimiento y con ello se tenga que volver a pintar. La pintura TITANPRO P-75 cuenta con lavabilidad certificada (Clase 1) según norma UNE-EN 13300:2002.
Mitigación del efecto isla de calor
De sobras es conocido que una de las estrategias para reducir el efecto isla de calor es la aplicación de colores claros o blancos a cualquier superficie, especialmente en cubiertas y fachadas de edificios, puesto que absorberán menos calor. Esto se debe a que el empleo de colores claros y materiales más fríos incrementa notablemente el índice de reflectancia solar y minimiza la demanda de energía para el enfriamiento del edificio, especialmente por el uso del aire acondicionado.
Esto mismo ocurre en estancias interiores. Elegir colores claros para pintar las paredes y los techos, convierte a estas superficies en reflectantes y consiguen reflejar y difuminar la luz natural que entra por las ventanas, incrementando con ello la luminosidad y reduciendo en consumo energético, y por tanto, contribuyendo a una mejor eficiencia energética.
Además, los colores también pueden estar certificados Cradle to Cradle, lo que ocurre con los 410 colores NCS (Natural Color System) de TITANPRO. Tonos claros que aportan un valor decorativo único para los espacios de interior como alternativa al blanco, o para acentuar algunas estancias. Es una opción disponible en las pinturas biosostenibles TITANPRO P-80N y TITANPRO R-90N.
Largo ciclo de vida
La pintura de alta cubrición y rendimiento suele tener una larga durabilidad llegando a una vida útil de 12 años, por lo que su impacto como material se reduce. Esto hace que no sea necesario volver a consumir este producto y retrasar pintados. Son productos que no consumen energía a lo largo de su vida, y gracias a los cálculos y mapas de pintado de TITANPRO, se puede solicitar la justa producción del producto evitando la generación de sobrante. Además, si los envases donde se sirve el producto cuentan con un alto porcentaje de material reciclado y pueden volverse a reutilizar, la gestión de residuos aún se reduce más.
Al ser propiedades invisibles, ¿cómo puedes saber si la pintura que utilizas tiene todas estas prestaciones? Básicamente por las certificaciones que posea y, especialmente, al revisar las Declaraciones Ambientales de Producto. El empleo de pinturas acorde a la normativa es sinónimo de garantía, y si además cuentan con sellos ambientales, podrán contribuir a la obtención de distintivos ambientales internacionales como CRADLE2CRADLE, BREEAM, WELL o LEED.
